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Contamíname

La Columna del Museo

Contamíname

Publicado el 01/08/2017
Nicolás Lazo Jerez nos invita a reflexionar sobre los desafíos de la inmigración.

Dada la tendencia de los flujos migratorios a escala global, la instalación de esta materia en un lugar central del debate público chileno era apenas cuestión de tiempo. Sin embargo, casi tan importante como la discusión misma es la forma en que esta última se lleva a cabo, sobre todo si se trata de un fenómeno clave en el plano de la convivencia y el desarrollo social. Por tal motivo, resulta fundamental no ceder ni un centímetro al clima xenófobo con que ciertos líderes mundiales, algunos de los cuales son o pretenden ser presidentes de repúblicas democráticas, buscan capturar para sí la adhesión dentro de sus países.

En particular, parece urgente establecer nítida y definitivamente la distinción entre el derecho inalienable a emigrar, contenido en el Artículo 13.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el deber de la administración estatal de enfrentar desafíos tan complejos y multifactoriales como la disponibilidad y cobertura del empleo y, en el caso de Santiago, la regulación de la hiperconcentración demográfica y el tan mentado “combate a la delincuencia”. Así, sugerir que el eventual aumento en las tasas de inmigración incide de un modo inversamente proporcional en el control de estas dimensiones no solo constituye una irresponsabilidad argumentativa, sino, además, desvía la atención –y, a veces, los recursos– de políticas públicas que, en efecto, propendan a su solución.

Asimismo, somos muchos quienes, ajenos a cualquier nacionalismo afiebrado, deseamos habitar una ciudad inclusiva y abierta a la interculturalidad, tal como, en el estribillo de una canción titulada igual que esta columna, el compositor e intérprete Pedro Guerra planteaba: “Contamíname / mézclate conmigo”. Por supuesto, dicha perspectiva requiere superar todo mito de pureza identitaria y, más allá de los insuficientes discursos sobre mera tolerancia, exige basarse en un respeto radical por la dignidad de los demás. Afortunadamente, estamos condenados a ello.  

Nicolás Lazo Jerez es Licenciado en Literatura de la Universidad Alberto Hurtado, Diplomado en Edición y Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica y Coordinador de Acreditación y Publicaciones de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.

Correo electrónico: nicolas.lazo.jerez@gmail.com

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